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sábado, agosto 23, 2025

No quiso invitar el vino y le dió un palaso en la cabeza: lo condenaron a 9 años de prisión

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Intentó matar a un joven por una discusión absurda a la salida de una fiesta y ahora pasará 9 años tras las rejas. Diego Sebastián Paredes, de 38 años, fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Mar del Plata por atacar brutalmente a Andrés Vega (46), luego de que este se negara a convidarle vino durante un cumpleaños de 15 en el barrio La Herradura.

El hecho ocurrió en la madrugada del 21 de noviembre de 2021. Según reconstruyó la justicia, la pelea empezó con un pedido de vino a la salida de la fiesta. Vega se negó, y esa negativa desató la furia de Paredes, quien junto a otra persona comenzó una discusión que terminó en la calle. “¿Te vas a parar de manos por un vino?”, le habría dicho el agresor antes de atacar por la espalda con un palo, golpeando con violencia en la cabeza.

Una agresión brutal con consecuencias graves

La justicia valoró las secuelas que le quedaron a la víctima como parte fundamental para definir la sentencia. Vega estuvo al borde de la muerte y continúa con consecuencias físicas severas como resultado del golpe. De hecho, el fiscal Carlos Russo había solicitado una pena de 17 años, pero el tribunal finalmente impuso 9 años de prisión efectiva por “tentativa de homicidio”.

Algunos testigos indicaron que, luego del impacto inicial, Vega cayó al suelo y fue nuevamente golpeado por los implicados hasta que intervino el padre del agresor, quien ayudó a trasladar al herido al hospital Óscar Alende. Esa intervención fue clave para que Vega lograra sobrevivir.

Aunque en un primer momento fueron imputadas otras dos personas —Daniel Correa y Yésica Aguirre— como coautores del hecho, el tribunal decidió absolverlos y responsabilizar solo a Paredes por el intento de asesinato.

Condena ejemplar para un caso que sacudió al barrio

Intentó matar a un joven por una situación completamente evitable. La justicia no solo se apoyó en el daño causado a la víctima, sino también en los antecedentes penales del condenado. Este agravante pesó en la sentencia y reforzó la idea de aplicar una pena severa para desalentar hechos violentos similares.

El caso fue ampliamente seguido en la ciudad y generó indignación en el barrio donde ocurrió el ataque. Muchos vecinos recordaron que esa noche terminó en una tragedia que pudo haber sido fatal solo por un vino negado.

Desde el tribunal remarcaron la importancia de dar un mensaje claro: los hechos de violencia extrema, sin importar el contexto, no pueden quedar impunes. Esta condena, aseguran, es un paso más en la lucha contra la violencia irracional que cada vez se ve con más frecuencia en fiestas, eventos y reuniones sociales.

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