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Cacique mbya pasó cinco años preso por una muerte sin pruebas: la Justicia lo absolvió en Oberá

La Justicia en Misiones resolvió esta semana la absolución del cacique mbya guaraní Marcelo Núñez, quien pasó más de cinco años detenido acusado de haber asesinado y calcinado a su pareja, María Solange Diniz Rabela, durante el periodo más estricto del aislamiento por COVID-19.

El Tribunal Penal N°1 de Oberá, integrado por los jueces Francisco Aguirre, Horacio Paniagua y Jorge Villalba, decidió absolverlo por el beneficio de la duda. Los fundamentos completos de la sentencia se conocerán el 4 de julio.

El caso tuvo origen en abril de 2020, cuando el padrastro de la joven se presentó en la comisaría de San Vicente para denunciar al cacique, señalando antecedentes de violencia de género. La acusación señalaba que Núñez había actuado con intencionalidad criminal y que, tras la muerte de la mujer, incineró su cuerpo para eliminar evidencias. Sin embargo, durante el juicio no se logró acreditar con pruebas contundentes que se tratara de un femicidio.

La pandemia, el contexto cultural y una investigación cuestionada

Según la reconstrucción del caso, el cacique Núñez se comunicó el domingo de Pascuas de 2020 con una médica que brindaba atención en la aldea Tarumá Poty, ubicada a pocos kilómetros de San Vicente.

Aseguró que su pareja había fallecido con síntomas compatibles con coronavirus, y que recibió como sugerencia incinerar el cuerpo para evitar contagios. La profesional negó haber dado esa recomendación.

Días más tarde, la justicia ordenó un allanamiento en la comunidad. Allí encontraron frazadas, ropa con manchas de sangre y un serrucho. A unos 200 metros de las viviendas, dentro del monte, se hallaron restos óseos humanos junto a una cama quemada. La fiscalía interpretó que Núñez actuó para borrar huellas y pidió prisión perpetua. El fiscal David Milicich sostuvo que no hubo motivaciones sanitarias ni religiosas, sino un intento deliberado de encubrimiento. Sumó al expediente testimonios de vecinos y del hijo de la víctima, quien relató episodios de violencia previos.

Sin embargo, la defensa encabezada por el abogado Jorge Sabulanez cuestionó con dureza el enfoque de la investigación. Denunció que la causa estuvo atravesada por prejuicios hacia la cultura indígena y calificó de “mito construido” la imagen del cacique como un asesino. “Se prostituyó un espacio sagrado de la comunidad guaraní. Donde muere una persona y se la entierra, es tierra sagrada. Eso no fue respetado”, afirmó.

Sin pruebas concretas, el tribunal decidió absolver al líder indígena

Durante el juicio, el propio Marcelo Núñez negó los hechos y rechazó haber ejercido violencia de género. Sostuvo que su accionar estuvo guiado por el miedo al virus y el desconocimiento sobre cómo actuar en ese contexto de aislamiento extremo. La defensa remarcó que no existió autopsia clara, ni peritaje concluyente que confirmara la causa de muerte.

El tribunal, luego de dos jornadas intensas de audiencias, concluyó que no existía certeza sobre cómo murió María Solange Diniz Rabela, ni pruebas suficientes que liguen directamente a Núñez con un acto violento. Por ese motivo, y aplicando el principio de inocencia, dictó su absolución por el beneficio de la duda, dejando en evidencia las falencias de una causa marcada por omisiones, prejuicios y falta de enfoque intercultural.

La Justicia en Misiones así reconoció —aunque tarde— que el proceso no cumplió con los estándares necesarios para condenar. Ahora, el cacique mbya guaraní recupera su libertad tras más de cinco años de encierro. En palabras de su abogado, “la reparación empieza con la libertad, pero el daño ya está hecho”.

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