Supervisora descalifica a alumnos que reclaman por el derecho a la educación llamándolos ignorantes
Alumnos del Centro Polivalente de Arte Oberá (CPAO) se manifestaron con una sentada exigiendo su derecho a la educación y mostrando consignas como «La educación nos dignifica, queremos volver a las aulas».
Expresaron su apoyo a los docentes que luchan por mejores salarios, infraestructura y recursos para las clases. También destacaron que «no existe calidad educativa con docentes mal pagados».
Los estudiantes afirmaron que no son robots y tienen derecho a la libre expresión, y señalaron que quieren ser escuchados porque «quieren callarnos pero nacimos gritando».
La protesta de los alumnos representa el futuro de todos y busca visibilizar la importancia de las clases presenciales. Los estudiantes denunciaron «aprietes» por parte de la dirección y supervisión para evitar su manifestación.
Durante la manifestación realizada el día anterior, la supervisora de rama secundaria, Beatriz Micheletti, se dirigió a los alumnos y padres presentes de manera despectiva, tratándolos de ignorantes. Su actitud generó indignación entre los manifestantes.
Micheletti ni siquiera se acercó a la vereda, sino que habló desde una posición elevada, intentando imponer autoridad. En un momento, les preguntó a los estudiantes si conocían el contenido del artículo 14 de la Constitución Nacional, que menciona derechos y libertades. Varios de ellos respondieron correctamente, pero la supervisora continuó de forma desafiante, diciendo: «Hay un poco de ignorancia, pobrecitos», en referencia a los estudiantes, tal como quedó registrado en video.
Ante esta situación, varios padres se han asesorado y anunciaron que presentarán una denuncia ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) por discriminación.
Además, en el día de hoy ocurrió otro incidente cuestionable. La vicedirectora del establecimiento educativo, Marta Batista, ordenó quemar las pancartas que los alumnos habían realizado para la manifestación. Según relató la docente Liliana Muller, «La vicedirectora colocó los carteles en el tacho de basura y le indicó al portero que los quemara, mientras los chicos desde las ventanas observaban cómo su expresión era reprimida con total impunidad. Fue un acto cobarde por parte de alguien que debería dar el ejemplo».
Estos sucesos han generado un fuerte repudio entre la comunidad educativa y se espera que se tomen las medidas necesarias para investigar y sancionar estas acciones que van en contra de los principios de respeto y diálogo en el ámbito educativo.
Fuente: El Territorio
