Tamara Samsonova parecía una dulce anciana, el tipo de persona que uno imaginaría tejiendo en su sillón o preparando sopa caliente. Pero bajo esa fachada se escondía una mente retorcida. Nacida el 25 de abril de 1947 en la Unión Soviética, esta mujer pasó de ser una profesora más en la Universidad Estatal Lingüística de Moscú a convertirse en una de las asesinas en serie más inquietantes de la historia reciente.
Tras la misteriosa desaparición de su marido en el año 2000, Tamara comenzó a alquilar cuartos en su casa de la calle Dimitrov. Lo que muchos creían una ayuda económica tras la jubilación, resultó ser el inicio de una escalofriante carrera criminal.
El primer crimen: cómo empezó todo
En 2003, Sergei Potanin, un hombre de 44 años proveniente de Norilsk, decidió alquilar una habitación en la casa de Tamara. Lo que buscaba era un lugar tranquilo donde quedarse, pero terminó siendo su primera víctima.
Según versiones oficiales, ambos entraron en una discusión que derivó en violencia. Tamara no solo lo mató, sino que luego descuartizó su cuerpo y arrojó los restos cerca de St. Desyatis Way.
Pero esto no fue suficiente para detenerla. Años más tarde, en 2015, otra mujer mayor, Valentina Nikolaevna Ulanova, compartiría un destino similar. Tamara convenció a una farmacia de darle medicamento sin receta, drogó a Ulanova con una ensalada Olivier y luego la asesinó. Al igual que con su anterior víctima, desmembró el cuerpo y lo esparció en bolsas por distintos lugares.
Cuando un vecino encontró una de esas bolsas junto a un estanque, las alarmas comenzaron a sonar. La policía llegó al departamento de Ulanova y se encontró cara a cara con Tamara, quien no mostró remordimiento alguno.
El juicio y las sombras del pasado
Durante el juicio en el Tribunal de Distrito Frunze de San Petersburgo, Tamara admitió haber drogado y descuartizado a Valentina. Además, los investigadores sospecharon que también tuvo algo que ver en la desaparición de su propio esposo, Alexei Samsonov, que nunca apareció.
Aunque no fue acusada formalmente por otros 14 presuntos asesinatos, sí fue internada en un hospital psiquiátrico en Kazán, luego de ser declarada peligrosa para la sociedad.
Entre sus pertenencias, los agentes encontraron notas manuscritas donde ella misma describía cómo había matado y cortado a otro inquilino llamado Volodya. Esas palabras helaban la sangre.
Su caso trascendió fronteras y hasta inspiró el famoso videojuego “Granny”, lanzado en 2017, donde los jugadores deben escapar de una casa llena de trampas mientras son perseguidos por una anciana amenazante.
Hoy, aunque alejada del mundo exterior, Tamara Samsonova sigue siendo recordada como una de las criminales más macabras de todos los tiempos. Su historia, trágica y aterradora, nos recuerda que el mal puede ocultarse detrás de cualquier fachada.
