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Alerta en Argentina por la llegada del grupo satánico neonazi “764”, señalado por extorsionar a menores en plataformas online
Grupo satánico neonazi “764” generó amenazas en universidades argentinas. Opera en redes, manipula menores vulnerables.
El grupo satánico y neonazi conocido como “764”, investigado por el FBI por sus prácticas extremas, volvió a generar preocupación tras una serie de amenazas dirigidas a dos universidades argentinas. El movimiento, creado en 2020 por Bradley Cadenhead, un adolescente estadounidense de 15 años, opera en plataformas como Discord, Roblox y Telegram, donde capta a menores vulnerables.

Este grupo es señalado por manipular a adolescentes mediante engaños, presiones psicológicas y extorsión. Según organismos internacionales, sus integrantes convencen a las víctimas de realizar actos sexuales, autolesiones e incluso intentos de suicidio en vivo, mientras los miembros observan y celebran las agresiones.
En Argentina, la alarma se disparó cuando la UCA y la UNTreF recibieron amenazas de masacre firmadas por alguien que se identificó como “militante de la red 764”. Las unidades antiterroristas del país trabajan en conjunto con el FBI para evaluar la credibilidad del mensaje. Aunque no existen pruebas de una célula activa del grupo en el país, los investigadores creen que los autores podrían intentar ganar notoriedad para ser aceptados por el movimiento.
Una de las amenazas enviadas decía:
“Iré con mi escopeta en mano, y en mi mochila llevaré explosivos y armas blancas para asesinar a la mayor cantidad de gente posible”.
Un movimiento que preocupa a las autoridades en el mundo
El Departamento de Justicia de Estados Unidos describe a la red como una “secta neonazi satánica” que promueve la violencia extrema, glorifica ataques como la masacre de Columbine y busca desensibilizar a los jóvenes frente al daño físico y psicológico.
En Reino Unido, al menos cuatro adolescentes fueron detenidos por su supuesta relación con el grupo. Entre ellos, Cameron Finnigan, de 18 años, condenado a seis años de prisión. En las conversaciones que mantenía, presumía sobre sus intentos por inducir a menores a autolesionarse. En su casa, la policía encontró pentagramas, símbolos satánicos y esvásticas.
Una madre británica —identificada como Christina para proteger su identidad— relató el tormento que vivió cuando su hija de 14 años fue captada por el grupo. Contó que la adolescente dejó de dormir, comer y comenzó a aislarse completamente.
“Ver cómo se deterioraba mi hija fue peor que enfrentar el diagnóstico de cáncer de mi madre”, declaró.
Según su testimonio, era imposible romper el vínculo manipulador del grupo:
“Le pedía que los bloqueara, pero no podía ver el miedo y el nivel de control mental en el que estaba”.
Las autoridades internacionales recomiendan a los padres supervisar la actividad online de los menores, especialmente en plataformas donde el grupo suele operar.
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