Salarios en crisis: la inflación baja, pero el bolsillo sigue sin alivio
Salarios estancados, pérdida de empleo formal y aumento de la informalidad marcan un deterioro social pese a la menor inflación.

A pesar de la desaceleración inflacionaria registrada en los últimos meses, los salarios en Argentina continúan sin mostrar señales de recuperación, mientras el empleo formal atraviesa una de sus peores etapas. Según datos oficiales, la inflación de mayo fue del 1,5%, pero el salario real sigue hundido y cada vez más lejos de los niveles previos a la crisis.
La principal causa del estancamiento responde a la política salarial del Gobierno nacional, que impone techos del 1% al 1,5% para homologar aumentos en paritarias. Este límite impide una recomposición genuina del poder adquisitivo, que ya había sufrido un duro golpe en marzo con una caída real del 2,6% en el sector privado, el mayor retroceso desde 2023. Actualmente, los ingresos promedios retrocedieron a valores similares a los de noviembre de 2023, antes de la fuerte devaluación impulsada por Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo.
El empleo formal se derrumba y crece la informalidad
El impacto no se limita al poder adquisitivo. La destrucción de empleo formal es otro síntoma del deterioro económico. En marzo se registró una caída interanual del 3,4% en el empleo registrado, lo que representa unos 7.000 puestos menos solo en el sector privado. La industria encabezó las pérdidas con más de 4.000 empleos eliminados.
Desde agosto de 2023, se acumula una pérdida total de 155.000 puestos de trabajo registrados en el ámbito privado, lo que expone las limitaciones del actual modelo económico para generar empleo genuino, incluso en contextos de leve reactivación.
A la vez, la tasa de desempleo trepó al 7,9% en el primer trimestre de 2025, el nivel más alto desde que asumió el nuevo gobierno. La informalidad laboral y el autoempleo precario ganan terreno, convirtiéndose en rasgos estructurales del mercado laboral argentino. Mientras tanto, el salario público tampoco escapa a la crisis: si bien la caída real en marzo fue menor (0,4%), se mantiene un 15% por debajo del nivel previo a la crisis económica.
Sin señales de mejora en los ingresos para el segundo semestre
Con salarios congelados, inflación desacelerada pero aún presente, y un mercado laboral sin dinamismo, el panorama para el segundo semestre no ofrece signos alentadores. La falta de políticas activas para recomponer ingresos y promover el empleo formal condena a miles de trabajadores a seguir perdiendo poder de compra, profundizando el malestar económico y social.
Las sumas fijas no remunerativas utilizadas como alternativa en algunos acuerdos paritarios representan soluciones de corto plazo que no alcanzan para revertir una caída sostenida del salario real. Mientras tanto, crece el temor a que el nuevo esquema económico consolide una precarización estructural de largo aliento.